lunes, 28 de diciembre de 2015

En la busqueda del conocimiento: introduccion a las falacias.

Conocer ha sido un asunto de la filosofia desde su nacimiento, de hecho buscar  los origenes de las cosas es en gran manera, conocer. Es nuestra utopia como amantes del saber, consolidar el conocimiento sobre bases verdaderas. Las pretensiones de cualquier sistema del saber, es no equivocarse en ningun punto, tener continuidad en la veracidad y aplicabilidad por siempre.
El asunto de "como" o "por que" conocemos no lo estamos planteando, aqui simplemente componemos herramientas literarias en base a las falacias aristotelicas, para que sirvan de sutiles pensamientos que fluyan en medio de cualquier ensenanza, para no caer en mentiras, sino comunicar las verdades que necesitan los inquietos por el saber.
De tal manera que, a partir de las clasicas trece falacias, analizaremos la sustentabilidad de sistemas de pensamientos que han repercutido en las sociedades.
De antemano sabemos que nos han arropado criterios que a lo largo del tiempo los hemos desenmascarados, y otros todavia siguen rigiendo las mentes en pleno  siglo XXI, del pasado el "geocentrismo", "las divinidades"; del presente "los imperialismos" y las "esclavitudes".

sábado, 18 de abril de 2015

Somos culpables del desastre: caso Ciudad Ojeda.

Somos culpables del irrespeto inculturizado, fuimos criados para ser irreverentes, groseros, faltas de respeto, irracionales, robóticos, mitómanos, sin coordenadas éticas. Cuando por allá en aquel enero de año 1939 se fundó nuestra Ciudad Ojeda, hacia ella confluyeron gentes de toda la geografía nacional y de nuestros países vecinos, junto con el delgado presidente, Eleazar López Contreras, llegaron zulianos desde los Puertos de Altagracia y Cabimas con sus gaitas y ganas de trabajar, nos llegaron los andinos con sus criterios de orden social y familiar, nos ayudaron los Margariteños, los Falconianos nos abrieron camino, llegaron italianos y españoles a renovar sus sueños devastados por la guerra, los trinitarios fueron nuestros primeros traductores ante los supervisores petroleros que normalmente eran estadounidenses. Se fundó una ciudad, una ciudad... Hoy en día se ha convertido nuestra ciudad en un entramado de confusión que asombra a cualquiera, porque siendo retoños de muy buenas raíces, muchos han tornado sus brotes en espinas que ponen a pensar a más de uno, ¿qué pasó aquí? puntos para analizar, 5 enfermedades culturales y 5 aspectos de fealdad, a saber: 5 puntos sobre la subcultura: .- La rapidez es el criterio de vida, aquí todo es "esmollejao" (a exceso de velocidad existencial, lo cual abarca forma de hablar, de caminar y de vivir) para pasar a las siguientes cosas, que a lo mejor no existen pero tiene que ser rápido. .- La cerveza es el principal anhelo de muchas personas, mientras más grande mejor, invadiendo cualquier esquina para hacer gala del lujo de gastar el sueldo semanal en este deseado licor. .- Los atajos son la meta laboral de muchos aquí, ahora se quiere pasar de estudiante a prestamista, a testaferro, a dueño de una discoteca, y hablar de como hacer dinero, dinero y más dinero. .- La proliferación de motocicletas ha cambiado las leyes del tránsito, ahora la prioridad no la tiene el peatón, la tuvo el carro, pero ahora la ha ganado a sudor y sangre el motorizado, siendo el mismo el portador de todos los derechos de circulación tanto por la carretera como por las aceras, tanto en verde como en rojo, con casco o sin él. .- Las malas palabras se han estandarizado y se han sustantivado, de tal forma que ya sólo no existe la sentencia "maldito" sino que ya hay personas que son llamadas mediante una flexiòn nominal, "el mardito" o "la mardita" según sea el género, y eso es muy común. 5 puntos sobre la No-estética o sobre la fealdad: .- Aquí muy pocas personas conocen el lago, es algo ilógico porque es una población costera, pero un alto porcentaje de sus habitantes no conoce la orilla de su lago, además que es una tarea casi imposible porque gran parte de ella estuvo secuestrada por los muelles de las empresas privadas petroleras, y hoy en día fue heredado ese robo por la empresa petrolera nacional quien además de seguir bloqueando la vista de la ciudad a su lago, la ha tapizado de chatarra industrial. Lo que es igual a afirmar que es una ciudad costera sin costa. .- El símbolo de la ciudad es un tanque de agua, que no funciona como tal, sino como salón de eventos, y además en los sectores vecinos no les llega el agua desde el servicio Estatal. O sea es un signo que no significa lo que es. .- Sus construcciones arquitectónicas tienen un detalle muy propio de la zona, dejan cabillas del armazón por fuera de la construcción "por si acaso". Nunca terminan de construir. .- Es de común visión que sus habitantes, sobretodo hombres, les fascina usar las bragas propias de sus trabajos industriales y petroleros, de hecho en muchos círculos ha sido considerado su uso como un estimulante de la sensualidad y del flirteo. Tristemente a muchos les gusta usar la ropa de esclavos. .- la ciudad esta diseñada para transitar en carro, salvo su centro lo que equivale al downtowm, todo lo demás fue diseñado para transitar en carro, por eso la gente no camina su ciudad, sino que tiene que tomar transporte público para llegar a distancias cortas. fotos de Ciudad Ojeda que validan lo expuesto: Edificios sin ningún motivo de conjunto sobre su paisaje:
No buscan criterio para aplicar colores:
Vivimos la eterna crisis de las aguas servidas, que sin solucionar lo primero, hemos decidido lanzarlas al lago sin el menor arrepentimiento
Antecedentes del artículo: de un habitante de Ciudad Ojeda, de estilo más refinado: http://mariofattorello.blogspot.com/2013/12/ciudad-ojeda-3-la-ciudad-mas-fea-del.html

sábado, 4 de abril de 2015

Cápsulas depresivas tropicales: la alegría sin sentido.

Parece que en el clima  tropical todo se trata de bailes, risas, chistes, carnavales...  "La  vida en el mar es más sabrosa" "carnaval es para reír,  no hay que llorar" y así siguen la tónica muchas canciones tropicales.
En el trópico se acostumbra a contar chistes en los funerales,  se ríen del que queda manco y lo llaman "el mocho", se adoran las panzas liposas y con orgullo se exponen y se burlan del que hace ejercicio.  En nuestro divertido trópico, las mujeres en los bares toman nombres de artículos de trabajo típicos del lugar,  a saber: la gabarra, la  bananera, mango bajito,   cosas así.
Casi nadie reflexiona, de hecho un museo,  una galería o un club de lectura son rarezas, y sus  integrantes son una especies de desadaptados que pasan por vagos. Reflexionar es una condena que algunos llevamos a cuestas, la depresión de ver como crece la ciudad a espaldas de su mar, que pocos ven el cielo nocturno pero se la pasan hablando de decretar felicidad en sus días, hasta se quejan de los días lluviosos como una especie de fastidio.
Nadie se toma un café para pensar en el porvenir, ni se lee un poema desgraciado en la plaza.  Quisiera tomar un minuto y bajar la locura tropical y caer sobre realidades, porque aquí sigue existiendo como en toda la extensión humana,  la frustración, el desasosiego, el luto, el absurdo aunque quieran callar sus gritos adoloridos en medio de ron, papelillos y silbatos.
A veces pienso que es por miedo,  si es por miedo a escuchar la voz interior del humano pensante,  por la  cual se construye todo  el aparato tropical de ruido y vacilón.

cuadro: Moulin Rouge, La Goulue, poster for the cabaret Le Moulin Rouge Henri de Toulouse-Lautrec, 1891